3 Chun I /La Dificultad Inicial

hexagrama

El nombre del signo, Chun, representa en verdad una brizna de hierba que, al brotar de la tierra, se topa con un obstáculo. De ello resulta el significado de dificultad inicial. El signo señala cómo Cielo y Tierra producen los seres individuales. En el primer encuentro entre ambos y se ve afectado por dificultades. El trigrama de abajo, Chen, es Lo Suscitativo, lo excitativo; su movimiento se dirige hacia arriba; tiene por imagen al trueno. El trigrama de arriba, K'an, es Lo Abismal, lo peligroso; su movimiento se dirige hacia abajo; tiene por imagen la lluvia. La situación indica, pues, una densa, caótica plenitud. Trueno y lluvia ocupan el aire. Pero el caos va aclarándose. El movimiento, que va hacia arriba, mientras lo abismal desciende, encuentra finalmente una salida del peligro. La tensión de las fuerzas se descarga en tormenta y todas las cosas respiran con alivio.

La Dificultad Inicial obra elevado éxito. Propicio en virtud de la perseverancia. No debe emprenderse nada. Es propicio designar ayudantes. En los períodos de formación suele haber dificultades. Es como si se tratase de un parto primerizo. Todo se halla en movimiento y por eso, a pesar del peligro existente, hay perspectivas de éxito grande siempre que se persevere en procura del mismo. Cuando semejantes épocas iniciales aparecen como destino, todo se encuentra todavía informe y oscuro. Por lo tanto es preciso aguardar, pues todo intento prematuro de echar mano podría acarrear el fracaso. Es asimismo de suma importancia no permanecer solo. Hace falta disponer de ayudantes para poder dominar el caos mediante un esfuerzo mancomunado con ellos. Sin embargo, esto no quiere decir que uno mismo ha de quedarse contemplando inactivo los sucesos; más bien es necesaria la propia intervención, estando uno presente en todo y contribuyendo con su estímulo y conducción.

Nubes y trueno: la imagen de La Dificultad Inicial. Así el noble actúa desenmarañando y ordenando. Las nubes y el trueno se representan mediante ciertas ornamentaciones lineales, vale decir que dentro del caos de La Dificultad Inicial ya están dados los gérmenes del orden. Así, en tales épocas iniciales, el noble debe estructurar y ordenar la inabarcable y confusa plenitud, tal como van devanándose las hebras de una madeja de seda y uniéndose en hilos. Para encontrarse en lo infinito es menester discriminar y unir.

Caballo y carro se separan. Lágrimas de sangre se derraman. Hay personas a quienes las dificultades iniciales se les tornan graves en exceso. Ellos se atascan y ya no encuentran salida alguna. Se quedan con los brazos caídos y abandonan la lucha. Semejante resignación es de lo más triste que pueda darse. Por eso, Kung Tse anota al respecto la siguiente observación: "Se derraman lágrimas de sangre: es algo que no debe hacerse duraderamente."

Dificultades en bendecir. Pequeña perseverancia trae ventura. Gran perseverancia trae desventura. La situación en que uno se encuentra no da posibilidad alguna de evidenciar las buenas intenciones como para que realmente se manifiesten y sean comprendidas. Hay quienes se entrometen y deforman todo lo que uno hace. En un caso así es preciso ser cauteloso y proceder paso a paso. No es posible pretender imponer a la fuerza una obra grandiosa, pues tal cosa sólo se logra cuando ya se goza de una confianza unánime. Sólo en silencio, mediante una labor fiel y escrupulosa, puede actuarse paulatinamente, en el sentido de lograr que se esclarezcan las circunstancias y se anulen las trabas.

Caballo y carro se separan. ¡Busca la unión! Acudir trae ventura. Todo obra de un modo propicio. Se encuentra uno en una situación en la cual se impone el deber de actuar y sin embargo las fuerzas no son suficientes para ello. Se presenta, empero, la oportunidad de encontrar compañía. Es cuestión, pues, de echarle mano. Es necesario no dejarse trabar por un falso orgullo. Será una señal de claridad interior si uno vence su amor propio y da el primer paso, aun cuando eso requiera cierta abnegación. Cuando alguien se ve en una situación difícil no es vergüenza aceptar ayuda, y si uno realmente encuentra al ayudante adecuado todo irá bien.

El que caza al ciervo sin guardamonte, lo único que logra es extraviarse en el bosque. El noble capta los signos del tiempo y prefiere desistir. Continuar acarrea humillación. Si uno no dispone de un guía y pretende cazar en un bosque desconocido, se extravía. No se debe pretender escapar a hurtadillas, irreflexivamente y sin guía, de las dificultades en que uno se ve envuelto. El destino no se deja engañar. Afanarse prematuramente y con precipitación, y careciendo de la necesaria conducción, acarrea fracasos y vergüenza. Por eso el noble-que reconoce los gérmenes de lo venidero, preferirá renunciar a un deseo, a atraer sobre sí el fracaso y la humillación si tratara de lograr a la fuerza el cumplimiento de ese deseo.

Se apilan dificultades. Caballo y carro se separan. Él no es un raptor, va a cortejar en el debido plazo. La doncella es casta, no se promete. Diez años, luego promete. Se halla uno trabado y en dificultades. Y entonces, de pronto, se produce un cambio: es como si arribara alguien om carruaje y caballos y desenganchara. Este suceso ocurre tan sorpresivamente que suscita la sospecha de que el hombre quo se acerca ha de ser un bandido. Poco a poco uno comprueba que el otro no abriga malas intenciones, sino que viene en procura de una alianza amistosa y ofreciendo alivio. Sin embargo, ese ofrecimiento no es aceptado, puesto que no procede de donde debe proceder; parece preferible esperar hasta que se cumpla el plazo: diez años representan un período redondo, un plazo cumplido. Entonces retornan por sí mismas las condiciones nórmale» y es dable reunirse con ese amigo que a uno le está destinado. Bajo el símbolo de una novia que en medio de graves conflictos permanece fiel a su amado, se brinda un consejo para esta peculiar situación de la vida: Cuando en épocas de dificultad, encontrándose uno trabado, impedido, recibe inesperadamente un ofrecimiento de alivio de parte de alguien con quien no mantiene relaciones, ha de proceder con cautela, tratando de no entrar en eventuales compromisos como consecuencia de tal ayuda, pues de no proceder así se vería uno disminuido en su libertad de decisión. Si uno aguarda a que llegue el momento adecuado, retornarán las circunstancias tranquilas y se alcanzará lo que se espera.

Vacilación y traba. Es propicio permanecer perseverante. Es propicio designar ayudantes. Si en los comienzos de una empresa tropieza uno con trabas, no debe tratar de forzar el progreso; más bien será necesario detenerse, por precaución. Sin embargo, no debe uno permitir que lo confundan: es preciso no perder de vista la meta de un modo perseverante, duradero. Tendrá importancia que uno se procure adecuados medios auxiliares o asistente. Éstos se encuentran únicamente cuando uno se muestra ante los hombres y en el trato con ellos modesto, carente de presunción. Sólo ail se obtendrá la adhesión de aquellos con cuya ayuda podrá hacerse frente a las dificultades.