27I / Las Comisuras de la Boca (La Nutrición)

hexagrama

El signo es la imagen de una boca abierta: arriba y abajo los labios firmes y, entre ellos, la abertura de la boca. De la imagen de la boca, por la que uno recibe los alimentos con el fin de nutrirse, pasa la idea a la nutrición propiamente dicha. En las tres líneas de abajo se representa la nutrición en sí, vale decir la alimentación corporal; con las tres líneas superiores se representa la nutrición y el cuidado brindados a los demás, vale decir la alimentación espiritual, o superior.

Las Comisuras de la Boca. Perseverancia trae ventura. Presta atención a la nutrición, y a aquello con que trata de llenar su boca uno mismo. Al dispensar cuidados y alimentos es importante que uno se ocupe de personas rectas y se preocupe en cuanto a su propia alimentación, del modo recto de realizarla. Cuando se quiere conocer a alguien, sólo es menester prestar atención a quién dispensa sus cuidados y cuáles son los aspectos de su propio ser que cultiva y alimenta. La naturaleza nutre todos los seres. El gran hombre alimenta y cultiva a los experimentados y ca¬paces, valiéndose de ellos para velar por todos los hombres. Mong Tse (VI, A, 14) dice al respecto: "Para reconocer si alguien es capaz o incapaz, no hace falta observar ninguna otra cosa sino a qué parte de su naturaleza concede particular importancia. El cuerpo tiene partes nobles e innobles, partes importantes y partes nimias. No debe perjudicarse lo importante a favor de lo nimio, ni perjudicar lo noble a favor de lo innoble. El que cultiva las partes nimias de su ser, es un hombre nimio. El que cultiva las partes nobles de su ser, es un hombre noble."

Abajo, junto a la montaña, está el trueno: la imagen [de La Nutrición. Así el noble presta atención a sus palabras y es moderado en el comer y el beber. "Dios surge en el signo de Lo Suscitativo." Cuando con la primavera se agitan nuevamente las energías vitales, vuelven a engendrarse todas las cosas "Él consuma en el signo del Aquietamiento." Así, a comienzos de la primavera, cuando las semillas caen hacia la tierra, todas las cosas se tornan cabales. Esto da la imagen de La Nutrición expresada en el movimiento y la quietud. El noble toma esto por modelo en lo relativo a la alimentación y al cultivo del carácter. Las palabras son un movimiento que va desde adentro hacia afuera. El comer y el beber son el movimiento que va desde afuera hacia adentro. Las dos modalidades del movimiento han de moderarse mediante la quietud, el silencio. Así el silencio hace que las palabras que salen de la boca no sobrepasen la justa medida y que tampoco sobrepase la justa medida el alimento que entra por la boca. De este modo se cultiva el carácter.

La fuente de la nutrición. Conciencia del peligro aporta ventura. Es propicio atravesar las grandes aguas. Aparece aquí un sabio de la más elevada especie, del cual emanan todos los influjos que velan por la nutrición de los de-más. Semejante posición acarrea una grave responsabilidad; si se mantiene consciente de esa responsabilidad, tendrá ventura y podrá emprender, confiado, aun obras grandes y difíciles, como el cruce de las grandes aguas. Tales obras aportarán una dicha general, tanto para él como para todos los demás.

Desviarse del camino. Permanecer perseverante trae ventura. No debe atravesarse las grandes aguas. Uno es consciente de una carencia; debería cuidar de la alimentación de los hombres, pero no posee la necesaria energía para ello. Por lo tanto se impone el desviarse del camino acostumbrado, y acudir a un hombre espiritualmente superior, aunque exteriormente insignificante, en procura de consejo y ayuda. Si observa perseverantemente tal actitud, obtendrá éxito y ventura. Pero tendrá que tener siempre presente su propio estado de dependencia. No deberá empeñarse en destacar su propia persona con la pretensión de emprender grandes obras, como por ejemplo el cruce de las grandes aguas.

Dirigirse hacia la cumbre en busca de alimento trae ventura. Espiar en torno como un tigre, con ojos aguzados e insaciable avidez. No hay defecto. A diferencia de seis en el segundo puesto, que representa a un hombre que se afana pensando sólo en su propia ventaja, esta línea simboliza a un hombre que, desde una posición alta aspira a que su luz brille y alumbre. Para ello requiere fuerzas auxiliares, puesto que él solo no podrá alcanzar meta tan elevada. Ávido como un tigre hambriento se empeñará en encontrar la gente apta, recta. Mas como no actúa así en procura de su propio bien, sino del bien público, semejante empeño no constituye una falta.

Desviarse de la nutrición. La perseverancia trae desventura. Durante diez años no obres de este modo. Nada es propicio. Quien busca el alimento que no alimenta, irá tambaleándose del deseo al goce, y en el goce se desvivirá por el deseo. Una apasionada embriaguez destinada a satisfacer los sentidos no conduce jamás a la meta. Jamás (diez años constituyen un período cabal) se debe obrar así. Nada bueno saldrá de ello.

Dirigirse hacia la cumbre en busca de alimento. Apartarse del camino para buscar alimento de la colina: continuar así traerá desventura. Lo normal es que uno mismo se ocupe de su alimentación, o bien que permita que aquellos que tienen el deber y el derecho de hacerlo, lo alimenten de un modo correcto. Si a raíz de su debilidad interior alguien no es capaz de procurarse solo su alimento, se suscita fácilmente una inquietud, por cuanto mediante recursos que eluden la adquisición correcta, admite que gente de posición más alta le obsequie sus favores y le brinde manutención. Esto es indigno, pues así uno se desvía de su naturaleza, y si lo hace en forma permanente, el infortunio será el resultado.

Dejas escapar a tu tortuga mágica y me miras a mí, caídas las comisuras de los labios. ¡Desventura! La tortuga mágica es un ser que no requiere alimento terrestre alguno, pues posee un poder mágico tal que le permite vivir del aire. La imagen sugiere que uno, de acuerdo con su naturaleza y su posición, podría vivir perfectamente en libertad e independencia, por sí mismo. Pero en lugar de hacerlo renuncia a esta autonomía interior y mira con envidia y disgusto hacia otros que se encuentran en situación más elevada y que exteriormente lo pasan mejor. Esta baja envidia, empero, sólo provoca en el otro un sentimiento de burla y desprecio, y acarrea malas consecuencias.