16Yü / El Entusiasmo

hexagrama

La línea fuerte en el cuarto puesto, el del funcionario director, encuentra solicitud y obediencia por parte de todas las de-más líneas que son débiles. El signo superior primario, Chen, tiene por atributo el movimiento; el inferior, K'un, la obediencia, la fervorosa entrega. Comienza, pues, un movimiento que se encuentra con el fervor y actúa en consecuencia en forma que apasiona, entusiasma. Gran significación tiene además la ley del movimiento en la línea de menor resistencia, que en este signo se expresa como ley del acontecer natural y de la vida humana.

El Entusiasmo. Es propicio designar ayudantes y hacer marchar ejércitos. El tiempo del Entusiasmo se funda en la presencia de un hombre importante que se halla en empatía con el alma del pueblo y actúa en concordancia con ella. Por tal motivo se le brinda una obediencia voluntaria y general. Con el fin de despertar el entusiasmo es necesario, por lo tanto, que en sus disposiciones se atenga a la índole de los conducidos. En esta regla del movimiento que sigue la línea de menor resistencia se funda la inviolabilidad de las leyes naturales. Éstas no constituyen algo externo a las cosas, sino la armonía del movimiento inmanente en las cosas. Por esta causa los cuerpos celestes no se desvían de sus órbitas y todo el acontecer natural tiene lugar con firme regularidad. De un modo parecido se presentan las cosas en la sociedad humana. También en su seno podrán imponerse únicamente aquellas leyes que se hallan arraigadas en el sentir del pueblo, pues las leyes que contradicen ese sentir sólo suscitan el resentimiento. El Entusiasmo hace asimismo posible que se designen ayudantes para la ejecución de las tareas, sin que sea necesario prevenir reacciones secretas. Por otra parte, el Entusiasmo es capaz de unificar los movimientos de masas, como en caso de guerra, al punto que obtengan la victoria.

El trueno surge estruendoso de la tierra: la imagen del Entusiasmo. Así los antiguos reyes hacían música para honrar los méritos, y la ofrendaban con magnificencia al Dios supremo, invitando a sus antepasados a presenciarlo. Cuando, al comenzar el verano, el trueno, la fuerza eléctrica, vuelve a surgir rugiendo de la tierra y la primera tormenta refresca la naturaleza, se disuelve una prolongada tensión. Se instalan el alivio y la alegría. De un modo parecido, la música posee el poder de disolver las tensiones del corazón surgidas de la vehemencia de oscuros sentimientos. El entusiasmo del corazón se manifiesta espontáneamente en la voz del canto, en la danza y el movimiento rítmico del cuerpo. Desde antiguo el efecto entusiasmador del sonido invisible, que conmueve y une los corazones de los hombres, se percibía como un enigma. Los soberanos aprovechaban esta propensión natural a la música. La elevaban y ponían orden en ella. La música se tenía por algo serio, sagrado, que debía purificar los sentimientos de los hombres. Debía cantar loas a las virtudes de los héroes y tender así el puente hacia el mundo invisible. En el templo se acercaba uno a Dios con música y pantomimas (sobre cuya base se desarrolló más tarde el teatro). Los sentimientos religiosos frente al creador del mundo se unían a los más sagrados sentimientos humanos, los sentimientos de veneración a los antepasados. Éstos eran invitados, con motivo de tales servicios religiosos, como huéspedes del Señor del Cielo y representantes de la humanidad en aquellas altas regiones. Al enlazarse así, en solemnes momentos de entusiasmo religioso, el pasado propio con la divinidad, se celebraba la alianza entre la divinidad y la humanidad. El soberano, que en sus antepasados veneraba a la divinidad, se constituía con ello en Hijo del Cielo, en el cual se tocaban místicamente el mundo celestial y el mundo terrenal. Tales pensamientos constituyen la última y más alta síntesis de la cultura china. El propio maestro Kung (Confucio) decía, refiriéndose al gran sacrificio durante el cual se cumplían estos ritos: "Quien comprendiera por completo este sacrificio, podría gobernar el mundo como si girara en su propia mano."

Entusiasmo cegado. Pero si después del encandilamiento logra uno el cambio, eso no será una falla. Si uno se deja cegar por el entusiasmo, la cosa tendrá malas consecuencias. Pero aun si tal encandilamiento ha llegado a ser un hecho consumado y uno todavía está en condiciones de cambiar, quedará libre de error. Llegar a serenarse luego de un falso entusiasmo es perfectamente posible y muy favorable.

Perseverantemente enfermo y sin embargo nunca muere. Aquí el entusiasmo se ve impedido. Se halla uno bajo una constante presión que en ningún momento le deja respirar aliviado. Pero hay circunstancias en que esta presión tiene su lado bueno. Uno se ve así preservado de que sus fuerzas se agoten en vacuo entusiasmo. De este modo esa constante presión puede servir, precisamente, para conservar la vida.

: La fuente de origen del Entusiasmo; alcanza grandes cosas. No dudes. Los amigos se agrupan rodeándote, como una presilla para el pelo. Alguien capaz de suscitar entusiasmo gracias a su propia seguridad y carencia de escrúpulos; por el hecho de ser entera-mente veraz y no abrigar dudas, atrae a los hombres. Al brindarles confianza, los conquista a fin de que colaboren con él con entusiasmo, y de este modo logra el éxito. Como una hebilla que presta sostén a los cabellos manteniéndolos unidos, así él reúne a los hombres mediante el sostén que les da

Entusiasmo que mira hacia arriba engendra [arrepentimiento. Vacilación trae arrepentimiento. He aquí lo contrario de la línea anterior: allí autonomía, aquí el entusiasmo de mirar hacia arriba. Si uno vacila durante demasiado tiempo, también eso origina arrepentimiento. En el acercamiento es cuestión de atrapar el momento correcto; únicamente así se atinará a encontrar lo recto.

Firme como una roca. Ni un día entero. La perseverancia trae ventura. Aquí se caracteriza alguien que no se deja engatusar por ninguna clase de ilusiones. Mientras que otros permiten que los encandile el entusiasmo, éste reconoce con absoluta claridad los primeros signos del tiempo, del momento. De tal modo, no se muestra adulador hacia los de arriba, ni negligente hacia los de abajo. Permanece firme como una roca. No bien se presente el primer indicio de un malestar, una desavenencia, él sabrá retirarse a tiempo, sin perder siquiera un solo día. La perseverancia en una actitud semejante aporta ventura. Confucio dice al respecto: "Conocer los gérmenes es sin duda una facultad divina. El noble, en el trato hacia arriba no es adulador, en el trato hacia abajo no es arrogante. Él conoce bien los gérmenes. Los gérmenes son el primer comienzo imperceptible del movimiento, aquello que primero se muestra como señal de ventura (y de desventura). El noble ve los gérmenes e inmediatamente actúa. No se le ocurre aguardar un día entero. En el Libro de las Mutaciones está dicho: Firme como una roca. Ni un día entero. La perseverancia [trae ventura. Firme como una roca, ¿para qué un día entero? El Dictamen puede saberse. El noble conoce lo secreto y lo manifiesto. Conoce lo débil, también conoce lo fuerte: Por eso las multitudes levantan hacia él la mirada."

Entusiasmo que se exterioriza trae desventura. Alguien en posición subordinada tiene relaciones distinguidas de las que se jacta, entusiasmado. En razón de esta petulancia atrae sobre sí, necesariamente, la desventura. El entusiasmo jamás ha de ser un sentimiento egoísta; antes bien tan sólo se justifica en cuanto disposición de ánimo general que forma un eslabón de unión con otros.